Voy a hablar de las elecciones del 27-M (2.007) en la ciudad de Alicante. No podemos simplificar los resultados y decir que los vencedores lo han hecho todo bien, y los perdedores todo mal, más aún cuando 103 votos a favor de EU hubiesen dado un vuelco no sólo al gobierno de la ciudad sino también a todos los análisis y comentarios políticos. Sin embargo sí podemos hacer un repaso del por qué unos han sacado más votos que otros.

            Como ha quedado de relieve en Alicante, para ganar unas elecciones sólo es imprescindible que un partido obtenga más votos que los demás. Ni siquiera es preciso que un programa electoral supere a otros por sus bondades, ni que unos candidatos estén imputados y otros no, ni que unos candidatos tengan preparación y otros sólo sean populares. Para unos, en política los medios justifican los fines, para otros, la ética de su partido pone límites. Pero este razonamiento no es excusa para que los estrategas de los partidos con vocación de gobernar desconozcan todas las estrategias, por no llamarlo juego sucio, y tomen medidas correctoras.

                En el mundillo político de la Comunidad es conocido Blasco por su habilidad  para crear partidos políticos minoritarios con la única finalidad de restar votos a sus adversarios. En el mundillo político de Alicante había comentarios, un mes antes del 27-M, que detrás de la financiación de Vecinos estaban Ripoll y Valenzuela. En círculos de opinión cercanos al Psoe había comentarios de que la Plataforma en Defensa del Puerto era pieza fundamental para ganar las elecciones, a condición de que llegase madura y en plena ebullición, y que la consigna de voto fuese clara. ¿Dónde estaban Plá, Macía, Moreno…? Alguien autorizado debió avisar a Fernández del peligro de Vecinos y rectificar durante la campaña. Alguien debió convencer a Etelvina del fracaso que representaría la exclusión de EU y rectificar durante la campaña. Alguien debió trabajar dentro de las plataformas. Alguien debió trabajar dentro de las asociaciones. Alguien debió saber que los sindicatos debían estar más representados. Alguien debió abrirle los ojos a Felicidad…

            Ha llegado la hora de alegrías para unos y lamentos para otros. Unos han sabido que por encima de las divisiones del partido está la caja única y otros, aún piensan que si él no gobierna, el partido tampoco.