El deterioro de la economía occidental, y por ende la española, no es fruto de unas “hipotecas basuras” ni del “repentino” corte de la financiación, ni de los mercados, viene de mucho antes. Allá por la década de los años ochenta del siglo pasado, la apertura del mercado chino a Occidente generó una euforia colectiva. Todos veían un negocio rentable e inagotable el alimentar y vestir a 1200 millones de chinos desnutridos y maltratados por el régimen comunista. Todos estaban convencidos que la industria de Occidente trabajaría a pleno rendimiento para exportar a China. Por lo menos, esa es la imagen que los medios de comunicación daban a la sociedad para justificar la financiación pública y privada que se desviaron hacia China. Los movimientos obreros y partidos de izquierdas se sumaron a ese entusiasmo colectivo, también querían “exportar” los derechos humanos y la democracia. Claro que la realidad ha sido otra muy diferente, los dictadores chinos se han convertido en los banqueros del mundo y se han armado hasta los dientes.

LA VERDAD NO EXISTE, LA VERDAD ES RELATIVA. CADA UNO TIENE SU VERDAD.

POR TANTO, DUDA DE TODO, DE TODOS Y DE MÍ TAMBIÉN.

CITAS MÍAS… 22 de 70

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Luis Perant Fernández

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